La democracia se vistió de gala: el Congreso de Colombia honra al Dr. José Benjamín Pérez Matos

En el imponente Salón Elíptico del Capitolio Nacional, recinto donde se escriben las páginas más solemnes de la vida republicana, el 18 de septiembre se vivió una jornada marcada por la solemnidad, los símbolos y el reconocimiento. Hacia las 10 de la mañana, bajo la cúpula que resguarda la sede del poder legislativo colombiano, se le impuso al doctor José Benjamín Pérez Matos, pastor y conferencista internacional, dos de las más altas distinciones que otorgan Senado y Cámara de Representantes.

El homenajeado, nacido en Canóvanas, Puerto Rico, recibió de manos del Congreso la Condecoración Orden al Mérito a la Democracia en el grado de Gran Comendador, y la Condecoración Orden Dignidad y Patria en el grado Gran Compromiso, exaltaciones que resaltan su trayectoria de servicio, liderazgo y enseñanza de valores universales.

La ceremonia abrió con la entonación de los himnos de Colombia y Puerto Rico, gesto que unió a visitantes y anfitriones en respeto y fraternidad. Entre los invitados de honor estuvo Sara Meléndez su esposa y sus yernos, así como el misionero internacional Miguel Bermúdez Marín igualmente acompañado por su familia, quienes, junto a unos 260 invitados más, acompañaron el acto protocolario cargado de simbolismo.

La senadora María Fernanda Cabal, encargada de entregar el primero de los reconocimientos, además de hablar de la importancia de la fe, la Biblia y una vida en luz, fue la encargada de entregar el primer reconocimiento.


“Felicitaciones, pastor. Estoy admirada por su trabajo, su trabajo en La Gran Carpa Catedral. Y seguramente voy a ir un día a Puerto Rico. ¡Admiro su trabajo!”.

Minutos después, el representante a la Cámara Jhon Jairo Berrio, pasó al estrado, afirmando que el mundo necesita más líderes que traigan luz, que cuiden, escuchen y caminen al lado del pueblo.


“Su labor trasciende fronteras: ha predicado y realizado muchos eventos importantes de fe en distintos países; no solamente de Latinoamérica, sino también del mundo. Entre esos países est
á Colombia. (…) Hoy, al entregar esta condecoración, lo hago no solo como congresista, sino como ciudadano que reconoce que en personas como usted, doctor José Benjamín, se ve lo mejor de la fe hecha acción. Personas que no solo prometen, sino que cumplen; que no solo hablan, sino que aman; que no solo reciben aplausos momentáneos, sino que siembran para generaciones”.

El Capitolio, testigo de debates políticos y decisiones históricas, se convirtió en esta ocasión en escenario de gratitud. La presentadora Yarith Barbosa, esposa del representante Berrío, y su familia, también realizaron un reconocimiento simbólico: imponer la insignia de la bandera de Colombia, señalando que el doctor Pérez Matos “ha llevado un mensaje de unión y esperanza que ha cruzado fronteras, fortaleciendo lazos y construyendo puentes entre naciones. Su liderazgo ha inspirado a miles de personas”.

Cuando el protocolo marcó su momento, el homenajeado, en tono pausado y seguro, dio sus palabras de agradecimiento, dejando en el eco del lugar una reflexión para todos los colombianos:


“Reitero mi deseo y propósito: de que la Luz verdadera
, que alumbra el alma y el entendimiento de todo ser humano, impacten a cada colombiano para que siga edificándose a sí mismo, sea de bendición para su familia; y así poder construir una mejor sociedad, un mejor país cada día. Que Dios bendiga a la bella Colombia; y que Dios dirija a todo el pueblo a elegir el mejor líder, para que pueda llevar a la bella Colombia a recibir las bendiciones espirituales y materiales también”.

Finalmente, 50 minutos después que parecieron segundos para los asistentes y, seguramente, para los miles de espectadores del canal virtual del Congreso y de La Gran Carpa Catedral, el jefe de Protocolo, Plinio Enrique Ordóñez Villamizar, cerró con un recordatorio cargado de humanidad: las condecoraciones, dijo, “se deben hacer en vida (porque es en vida): tanto nuestro homenajeado siente el amor de la gente, de su familia y de quienes lo rodean…, en el entendido muy sencillo de que se recibió esa condecoración es por algo; y ese algo’ es que se están haciendo las cosas bien”.

En medio de aplausos y solemnidad, el Congreso de la República dejó constancia de que la fe, cuando se convierte en acción y servicio, también merece un lugar de honor en la memoria institucional de un país como la bella Colombia.